lunes, 21 de marzo de 2011

Capítulo 2

Lexington - Kentucky

Llegó el día de irme a Kentucky, la compañía de mudanzas llegó temprano para llevarse las cosas de mi habitación y el estudio, la casa se puso a la venta, y por lo que me contó mi tía ya había varias ofertas de compra. Apenas toque el suelo en del Lexington, Blue Grass Airport me sentí extraña, pero sabía de sobra que era algo normal, mi tía Taylor siempre me sonreía dándome ánimos; ella era tan especial parecía un ángel, hermosa al igual que mi madre: cabello oscuro, ojos café y brillantes como la luna, cara perfilada e impresionantemente soltera.

Uno de los capataces de la granja llegó por nosotras al aeropuerto en una camioneta Ford F-150 color amarillo. Era como de unos 30 años, bien parecido, rubio, ojos verdes aceituna

-Bienvenidas a casa…_ dijo con una gran sonrisa

-Gracias Sean…._ dije sonriendo amablemente. Sean ha trabajo en la granja desde que tenía memoria, incluso cuando la granja era de mis abuelos, para aquel entonces era el muchacho que limpiaba los potreros, recordé que tan feliz era allí, jugaba con su sobrino Ian. Todo era tan perfecto y nunca pensé regresar a Lexington bajo estas condiciones.

Llegamos a la entrada de la granja donde estaba el acostumbrado letrero que decía Granja Jones. La casa era de color amarillo pálido con detalles en blanco, era de 2 pisos y un porche bien amplio donde recordaba que mi mamá y mi tía Taylor solían cantar con sus guitarras en compañía de algunos trabajadores de la granja en los ocasos de los sábados cuando preparábamos una barbacoa. Ambas gozaban de voces hermosas y mi tía había ganado a mi edad varios premios estatales de música country.

Sean se estacionó, mi tía y él me miraron por unos segundos, me sentí extraña ya que estaba en el medio de los dos, Sean y mi tía se bajaron de la camioneta mientras yo me quedé congelada viendo hacia la casa, en realidad tenia la mente en blanco

-Crystal?_ reaccioné bruscamente_ No vas a bajar?_ afirme con la cabeza. Sean bajó las maletas con la ayuda de otro chico que era primera vez que veía.

Mi tía Taylor pasó su brazo izquierdo por sobre mis hombros y caminamos hacia las escaleras del porche de la casa cuando abrió la puerta Prue, la nana de mi tía y mi mamá, ella siempre fue tan dulce, de hecho eso era lo que emanaba, sus facciones eran tan delicadas a pesar de su contextura física, era gorda, cabello castaño claro liso, la mayoría de las veces con una trenza

-Bienvenida a casa Crysal…!_ dijo con una sonrisa amplia y abriéndome sus brazos para abrazarme

-Gracias Prue_ entramos a la casa y se veía tan diferente, mi tía Taylor la había remodelado, estaba de lujo. El hall estaba pintado de un color salmón claro con detalles en blanco, estaba estupefacta viendo los detalles

-Y que tal? Te gusta?_ me preguntó mi tia algo emocionada por saber mi respuesta

-Está increíble…

-Vayamos a tu “nueva” habitación_ recalcó nueva me suponía porque había remodelado mi vieja habitación también. Subimos las escaleras y Sean abrió la puerta de mi habitación, estaba pintada de color lila muy claro, igualmente con detalles en blanco, luces que reflejaban estrellas pequeñas en el techo, estaba más amplia que antes. La cama estaba vestida con un edredón blanco con flores mínimas de color morado intenso, el juego de cuarto era blanco mate deslumbrante, habían lirios en floreros alrededor del cuarto. Caminé unos pasos hacia adentro con la boca abierta admirando todo

-Creo que acertaste Taylor…_ dijo Sean dejando mis maletas al lado del closet. Caminé hasta la peinadora que era inmensa, habían perfumes, cofres y del lado izquierdo habían 3 portarretratos: uno tenía una foto mía montada en un caballo cuando tenía 5 años, otra con mis padres al lado del árbol de navidad y otro con mi tía Taylor cuando fuimos de vacaciones a Massachusetts. Sonreí débilmente al ver estas fotos

-Tía… de verdad muchas gracias, está hermoso…

-Tu expresión es mi regalo, esa sonrisa sincera. No tienes nada que agradecerme. Te dejamos sola para que arregles tus cosas.

-La cena ya va a estar lista. No tardes…_ me dijo Prue cerrando la puerta dejándome completamente sola en la habitación. Me sentí pequeña allí, todo estaba puesto en perfecto orden, olía a lavanda. Tomé una de mis maletas y la puse sobre la cama y la abrí. Empecé a sacar cosa por cosa y colocándola en su nuevo lugar en mi nueva habitación; todo lo hice con sumo cuidado y lentitud, me sentía como un zombi, hacia todo mecánicamente, no tenia expresión facial, la había perdido por completo, lo peor de todo es que tampoco lloraba, me sentía presa dentro de mí misma, sentía la necesidad de gritar hasta quedarme sin voz, de correr hasta que mis piernas no pudieran mas.


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